El tratamiento está encaminado a controlar las infecciones y el esputo, aliviar la obstrucción de las vías respiratorias y prevenir complicaciones. Parte del tratamiento es el drenaje diario para eliminar el esputo. Un terapeuta respiratorio puede enseñar al paciente ejercicios para la expectoración (escupir el moco) que le pueden ayudar. A menudo se recetan medicamentos. Estos pueden incluir antibióticos, broncodilatadores y expectorantes para las infecciones. Se puede necesitar cirugía para remover (extirpar) el pulmón si los medicamentos no funcionan y la enfermedad se encuentra en una zona pequeña o si el paciente presenta mucho sangrado en los pulmones.