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Es probable que si ha experimentado reflujo y ha empezado el tratamiento recientemente, aún presente las molestias propias de esta enfermedad, y con el tiempo disminuyan hasta desaparecer, sin embargo, es prudente consultar con su médico para que sea examinada y su garganta sea revisada, pues muchas personas que sufren de reflujo o acidez crónica pueden desarrollar esofagitis o pueden presentar pólipos que pueden interferir o dificultar la deglución tanto de alimentos sólidos como de líquidos, generando gran incomodidad.
Tanto las esofagitis como los pólipos pueden ser tratados, pero deben ser estudiados, pues dependiendo del grado de la esofagitis pueden haber secuelas y dependiendo del pólipo, este puede ser inofensivo o no, y podría requerir estudios adicionales.
Por el momento, para aliviar las molestias puede realizar gárgaras de agua con sal, tomar una cucharada de miel para lubricar la garganta o utilizar medicamentos analgesicos de venta libre en forma de spray que sirven para aliviar las molestias al tragar.