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Mientras termina el tratamiento, es una respuesta normal como proceso de la convalecencia, la epífora o lagrimeo intenso debe ir mejorando con el tiempo, si persiste o si reaparece el lagrimeo amarillento, vuelva a consultar. Tenga además presente los signos de alarma para consultar a urgencias: si fiebre es superior a 39°c; erupción similar a pequeños puntos de color púrpura que no desaparecen al aplicar presión con los dedos (blanqueo); no retiene líquidos y parece estar deshidratado; no mueve un brazo o una pierna normalmente o se rehúsa a pararse o a poner peso sobre las piernas; tiene dificultad para respirar; llora continuamente y no hay forma de calmarlo, respiración rápida, se le hunden las costillas al respirar, presenta ruidos extraños al respirar o “le silba el pecho” o no hay mejoría con el tratamiento instaurado.