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Puedes empezar por tomar abundantes líquidos durante el día, en especial agua, pues en ocasiones esa resequedad constante es un síntoma de que estamos deshidratados y es la forma del cuerpo de avisarte que debes tomar líquidos. Procura que estos tengan poco contenido de azúcar o sean sin azúcar, pues cuando tienen mucho, para equilibrar la osmolaridad, las células empiezan a liberal el agua que ellas tienen y se produce el efecto contrario al deseado y terminará por darte aun más sed. También puedes intentar comer caramelos que sean mentolados, que estimulen la producción de saliva.
En ocasiones la resequedad de la boca puede ser la manifestación de condiciones un poco más graves como síndrome de sjogren, que es una enfermedad auto inmune, en donde las células de las defensas atacan las glándulas que producen lágrimas y saliva y puedes sentir frecuentemente resequedad de boca y ojos que no mejora con medidas generales, y en ocasiones otras manifestaciones más complejas como dolor de articulaciones, fiebre de origen desconocido, etc.