Sí, puede presentarse en cualquier parte del cuerpo.
Incluso hay personas que tienen dolor generalizado o que cambia constantemente de localización, como en el caso de pacientes con fibromialgia o artritis reumatoide.
Debido a que la gran mayoría de estructuras de nuestro cuerpo contiene fibras nerviosas que son capaces de transmitir el dolor, éste puede presentarse en cualquier parte dependiendo del origen que tenga.
Cuando un dolor se cronifica, ya ha transcurrido un tiempo prudencial para que el sistema nervioso intente modificarlo y no permita su continuidad. Sin embargo, cuando el estímulo doloroso y el componente emocional persisten, desafortunadamente ocurren cambios a nivel cerebral que hacen que el dolor quede grabado (como una cicatriz) y sea percibido como una sensación normal a pesar de no serlo.
Es por lo anterior que requiere un manejo diferente dirigido por un especialista en este tema debido a que una vez se instaura, es posible que no se logre eliminar por las modificaciones cerebrales que ya han ocurrido, y el objetivo va a ser disminuirlo para que el paciente logre realizar sus actividades de la vida diaria y llevar una vida normal.
El tratamiento incluye un manejo farmacológico con diferentes medicamentos de acuerdo al tipo, la intensidad de dolor y a las enfermedades adicionales que presente el paciente. Además, debe acompañarse de un manejo no farmacológico, que consiste en programas de rehabilitación (con terapia física, terapia ocupacional para favorecer la actividad física y la educación en posturas y movimientos que ayuden a mejorar el dolor) y el manejo por psicología/psiquiatría para mejorar esa parte emocional que acompaña al dolor y que en caso de no tratarse perpetuará los síntomas.
Es importante que el paciente tenga en cuenta que el alivio del dolor se logra en un 20% con el manejo farmacológico, pero el 80% del manejo consiste en las modificaciones en estilo de vida, actitud frente al dolor y la continuidad de la rehabilitación que son responsabilidad del paciente.
Es importante tomar los medicamentos siguiendo las indicaciones en la fórmula médica y asistir a los controles con el especialista en dolor, para darle un seguimiento, evaluar la respuesta al manejo no farmacológico y sobre todo el farmacológico, debido a que son medicamentos especiales. En caso que el dolor no esté controlado, es importante que el paciente asista a una cita prioritaria o a urgencias, de acuerdo a la intensidad del mismo, y que por ningún motivo se autoformule o aumente el consumo de medicamentos en la fórmula debido a que pueden generarse efectos secundarios indeseables como mareo, sedación, caídas e incluso dificultad para respirar que puede requerir manejo en urgencias.