Es normal que justo antes de que la persona se siente para que le saquen la sangre, el empaque de la aguja estéril que será utilizada haya sido abierto por la persona encargada de realizar este procedimiento, para acceder con mayor rapidez a la aguja una vez que usted ya haya sido preparada para la extracción de sangre. Esto significa que aunque usted vea el empaque abierto, la aguja no ha sido sacada de este, y por lo tanto, no ha sido utilizada.
Efectivamente es un delito sacar sangre a una persona con una aguja contaminada, y ningún centro de salud se atrevería a ponerla en peligro de esta forma. Si la hace sentir más tranquila, la próxima vez usted puede pedirle a la persona que realizará la extracción que abra una nueva aguja en frente de usted.