Es normal que en la adolescencia, ahora que empiezas a explorar tu sexualidad, sientas deseos de masturbarte y si el peluche es lo que tienes a la mano, no es descabellado que sientas ganas de darte placer con el. Debes tener en cuenta, que aunque no está mal que te masturbes, si ese peluche no es tuyo sino de alguna de las personas con las que compartes la habitación, esta persona puede molestarse.
Si el peluche es tuyo, debes recordar lavarlo muy bien luego de utilizarlo para masturbarte, ya que podría terminar con olores desagradables. También debes cuidar de que el roce con la tela del peluche no sea muy fuerte, ya que la fricción podría generarte una peladura.