Si bien existe cierto componente hereditario, no significa que todos los integrantes de la misma familia requerirán la utilización de lentes o tendrán el mismo trastorno visual. Lo mejor para comprobar si tu visión requiere ser corregida por lentes es acudir personalmente con tu optómetra, para que puedan medir tu capacidad visual, y así determinar si realmente necesitas lentes y de ser ese el caso, formularte tus lentes perfectos.
No es recomendable que utilices los lentes de tus familiares o que compres lentes pre-formulados, pues utilizar una formula diferente a la de tus ojos podría hacerte ver borroso, darte dolor de cabeza, e incluso hacerte sentir nauseas.