En las primeras relaciones sexuales el sangrado es normal por el desgarro del himen, una membrana que se ubica en la entrada de la vagina (introito vaginal) y que tiende a romperse en las primeras relaciones sexuales. Esta situación puede persistir en próximas relaciones sexuales pero irá cediendo con el paso de las ocasiones. El sangrado puede variar según el grado de lubricación, la vigorosidad de la relación, el grosor del pene, el momento del ciclo menstrual, entre muchos otros factores pero es poco probable que este sangrado sea menstrual.
El embarazo es poco probable ya que no existe eyaculación intravaginal, pero en ciertas circunstancias el líquido preseminal podría llegar a causar un embarazo por lo que si existe la duda puede tomarse un anticonceptivo de emergencias en los primeros 3-5 días luego de la relación. En este caso puede ser claro el riesgo ya que en uretra pudieron persistir algunos espermatozoides y remanentes de líquido seminal, arrastrados en la última relación sexual.
De iniciar vida sexual y no desear un embarazo, se recomienda acudir juntos al médico para establecer responsablemente un método de planificación que se ajuste a su elegibilidad según la OMS y sus necesidades personales. El uso conjunto de un método de barrera como preservativo masculino o femenino es totalmente necesario y un acto de RESPONSABILIDAD en todo tipo de contacto sexual para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS) siendo además un excelente método anticonceptivo complementario.
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