Este tipo de situaciones en su gran mayoría está causado por factores psicológicos como ansiedad, estrés, malas experiencias, relación de pareja defectuosa o condicionamientos durante el desarrollo sexual donde podría haber miedo a ser descubierto o sentimientos de culpa. Entre las recomendaciones más comunes están:
-Realizar una introspección en la que puedas establecer qué situaciones pueden estar interfiriendo en tu sexualidad.
-Comunicarte de manera adecuada con tu pareja de manera que ambos esten al tanto del problema y se ayuden mutuamente.
-En ocasiones la masturbación puede ayudar a descubrir en donde está el problema.
-Los juegos previos y estimulación antes de la penetración pueden liberar parte de la tensión.
-Practicar técnicas de relajación (yoga, tai chi, etc), de respiración o de distracción pueden resultar útiles,
-Los ejercicios de Kegel (de piso pélvico) son útiles para controlar voluntariamente la erección. En ellos se interrumpe la micción de forma voluntaria la micción en 3-5 series de 15 repeticiones, cada contracción entre 3 a 4 segundos.
Si no hay mejoría tras seguir estas recomendaciones, es adecuado ser valorado de manera completa por su médico de cabecera quien podría referir al urólogo o sexólogo dependiendo de sus sospechas ya que existen algunas causas hormonales, infecciosas o una alteración de la líbido.
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