El manejo del dolor crónico debe ser multimodal, es decir empleando distintas estrategias que permitan su alivio.
Si las causas del dolor son de origen osteo-muscular, puede estar facilitado por la posición en la cama, y las distintas intervenciones, en estos casos realizar desplazamientos y evitar la postración son una medida valiosa.
En estos casos el manejo del dolor debe ser por horario, es decir siguiendo un esquema para evitar las agudizaciones y permitir un control más apropiado, no únicamente cuando tenga dolor, en casa puede iniciar manejo con antiinflamatorios con o sin opioides débiles, los cuales puede complementar con el uso de analgésicos simples como el acetaminofén, aplicar compresas tibias y frías de forma alternada, usar almohadas o un colchón cómodo para mejorar el soporte, realizar estiramientos de la espalda y utilizar medidas locales como geles para el dolor o anestésicos en parches.
Por el antecedente de neoplasia, es posible que algunas de las molestias sean secundarias a la misma enfermedad o a complicaciones de ella como la presencia de metástasis en huesos. En estos casos, se podrán explorar medidas paliativas más avanzadas para reducir las molestias.
Dialogue abiertamente con su médico para obtener una formulación más específica y lograr un control del dolor. La presencia de dolor crónico genera un malestar emocional significativo, por lo que no debe dudar en solicitar este tipo de apoyo igualmente a su equipo de salud.