Las glándulas mamarias comienzan a desarrollarse desde el estado embrionario, durante la pubertad y con la menarca (primera menstruación), comienzan a aumentar en la sangre de las niñas las hormonas femeninas (estrógenos) y provocando el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios como el vello púbico y axilar, el aumento de la grasa en las caderas y en las glándulas mamarias. Este es un proceso diferente para cada niña y va a estar posteriormente influenciado por el numero de embarazos, el uso de anticonceptivos hormonales. De forma que todavía no debes sentirte mal, porque tus glándulas mamarias no se hayan desarrollado por completo.