La imposibilidad en la penetración puede ser causada por una condición denominada vaginismo, en la que la fuerte contracción de los músculos vaginales dificulta el ingreso del pene.
Es una situación de difícil manejo, muchas veces limitada por el propio temor de la paciente o experiencias previas, no obstante en la mayoría de los casos existe un componente psicoemocional como causa del malestar. En este sentido el manejo debe incluir el control de los síntomas físicos y emocionales.
Es posible que no obtenga una respuesta inmediata, por lo que el seguimiento por psicología/psiquiatría debe ser constante. En la parte física, algunos procedimientos como la dilatación vaginal con altas tasas de éxito.
Deben ser constantes con el seguimiento médico para explorar distintas opciones o respuesta a terapias.