La prolactina es una hormona que se produce naturalmente en el cuerpo y controla funciones principalmente en desarrollo sexual. Ésta se produce en pequeñas cantidades tanto en los hombres como en las mujeres que no están embarazadas, y sus niveles aumentan en aquellas que dan a luz, pues su función principal es estimular la lactancia (producción de leche) de las mujeres durante el embarazo y mantener el suministro de leche durante el amamantamiento.
En aquellas personas que no se encuentran embarazadas, ni amamantando, la prolactina se puede elevar en situaciones como la aparición de un prolactinoma, que es un tumor que afecta la glándula hipófisis, que se encarga de secretar muchas hormonas, entre esas, la prolactina. Los síntomas del prolactinoma incluyen dolores de cabeza, problemas de la vista (si el crecimiento del tumor presiona el nervio óptico) y galactorrea (producción de leche aunque no haya embarazo, se esté amamantando, o sea un hombre). El análisis de prolactina también puede utilizarse como parte del diagnóstico y seguimiento de alteraciones en el ciclo menstrual, problemas de fertilidad, trastornos de la glándula adrenal o tiroides, anorexia o síndrome de ovario poliquístico. Todos estos trastornos pueden estar asociados con alteraciones en los niveles de prolactina. Por eso si se tiene, o se sospecha alguna de las condiciones anteriores, el médico puede solicitar este exámen.