Lo mejor es la constancia, la dedicación y la adquisición de buenos hábitos alimenticios con ejercicio. Es la única manera sana y duradera para bajar de peso. Otra cosa importante para tener en mente, es que todo lo que se haga para bajar de peso deberá ser contemplado a largo plazo y no como algo transitorio o momentáneo mientras se baja. Recordar que seguramente se lleva mucho tiempo, probablemente años, subiendo y ganando kilos hasta llegar al lugar donde se encuentra actualmente, no esperar bajar en un mes, lo que se ha ganado en años. Lo siguiente es entender que existe un juego de sumas y restas en el metabolismo que determina si se engorda, se mantiene o se pierde peso. Esto es casi tan preciso como las matemáticas, si se come y se suman más calorías de lo que el cuerpo gasta o requiere para vivir, se engorda. Si lo que se come suma menos de lo que el cuerpo requiere, se pierde peso. Y si se come lo suficiente para suplir las necesidades, se mantiene. Entonces quedan dos caminos que llevan al mismo lugar, perder peso. Uno es consumir menos de lo que se gasta para quedar en negativo y obligar al organismo a usar lo que tiene ahorrado (grasa); el otro es incrementar el gasto de energía para ayudar a crear esa deuda de calorías y así consumir las que se tiene en forma de grasa. Sabiendo esto, aceptándolo y estando dispuesta a hacer algo, lo siguiente es el diseño de un plan de alimentación y actividad física que lleven a donde se quiere estar, ser constante, disciplinada, sobreponerse de cualquier problema psicológico, de ansiedad o de consuelo que encuentre en la comida y de esa manera lograr el objetivo. Cuando se quiera comenzar con esto, se debe asesorar de un deportólogo y un nutricionista que ayuden a construir rutinas para los nuevos hábitos.