Lo primero es desearlo fervientemente, para ello, el estar enamorada es la clave; casi que es todo. Si se está enamorada, se desea " entregar", entregar es un acto de comunión con el que se recibe, es una unión, es una complementación. Si se desea verdaderamente al otro, se dispone el cuerpo y el espíritu, si se dispone el cuerpo y el espíritu hay relax, hay lubricación, hay " apertura", hay disposición y no cabe entonces la angustia, ni el "cerrarse " a la experiencia, ni la ansiedad, ni el temor, lo que trae no lubricación, dolor, irritación etc. Hay tiempo para todo, hay tiempo para enamorarse, hay tiempo para el desamor, para la ruptura y para la entrega.