En los niños antes de hablar de intestino irritable a diferencia de los adultos se debes descartar otros trastornos digestivos funcionales.
Los síntomas de inflamación pueden darse por infecciones, no solo parasitarias (para lo que sirve purgarlo), por procesos inflamatorios o intolerancias alimentarias.
Lo más recomendable es que sea valorado por su pediatra para iniciar estudios complementarios, observar su crecimiento y desarrollo, así como sus hábitos alimentarios.
Por el momento puedes observar que tipo de alimentos pueden aumentar los síntomas. Dar una dieta rica en frutas y verduras, y evitar alimentos como embutidos, paquetes, jugos de caja o gaseosas.