Un dolor de cabeza persistente, de intensidad severa y que no ceda con medicamentos es un signo de alarma.
Puede ser secundario a elevación de la presión arterial, elevación de los niveles de azúcar, migraña complicada, aneurismas, masas encefálicas, entre otras.
Por lo tanto, es importante que acudan a valoración médica, se debe verificar cómo están las constantes vitales y si hay o no déficit neurológico que indique la presencia de una patología importante.
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