La buena nutrición es importante para la cicatrización de las heridas. Cada día, trate de consumir alimentos de una variedad de fuentes, incluyendo:
1. Proteínas: estas proporcionan los elementos necesarios para la reparación de la piel y los músculos. Consuma entre 3 y 4 porciones por día. Algunas buenas fuentes de proteínas son: Carne sin grasa, como carne de res, de puerco, pollo o pescado, frijoles, lentejas, arvejas, nueces, semillas, queso o huevos.
2. Carbohidratos: estos aportan la energía que su cuerpo necesita para sanar. Algunas buenas opciones son: panes integrales y cereales, papas, arroz o pasta, frutas y vegetales, alimentos con vitamina A, tales como las frutas y verduras de color naranja brillante y los vegetales de hojas verdes, alimentos con vitamina C, como cítricos, pimientos, tomates, fresas, melón y brócoli.
3. Leche y productos lácteos: Estas son buenas fuentes tanto de carbohidratos como de proteínas asegúrese de incluir al menos 3 porciones por día. Una porción
equivale a una taza de leche o yogur. Puede sustituir la leche normal por leche de soya.
4. Agua: El agua es esencial para la curación de las heridas, puede beber entre 6 y 8 vasos de líquido al día.
Luego de la cesárea debe evitar los esfuerzos físicos durante al menos 15 días después de la intervención. Puede reiniciar sus actividades cotidianas paulatinamente lo aconsejable es que comience con actividad suave (caminar, pasear) y pasado un mes de la intervención y la herida quirúrgica esté cicatrizada.
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