El dolor pélvico en esta condición se asocia a los cambios anatómicos que suceden a medida que crece el bebé, entre los que están: distensión de músculos y ligamentos , ascenso de estómago, hígado e intestinos, descenso de la vejiga y aumento del peso sobre la región lumbar y sacra de la columna . Si el dolor persiste, aumenta de intensidad, se acompaña de sangrado vaginal, flujo de mal olor, dolor al orinar , expulsión de líquido abundante y disminución en la percepción de los movimientos fetales acuda a valoración presencial de inmediato. Es posible que sienta contracciones uterinas ( dolor tipo cólico) ocasionales , pero que no producen dilatación cervical y requieren monitorizació .