No, es poco o nada probable que padezca de un infarto secundario a una disautonomía postural.
En ausencia de antecedentes o condiciones médicas específicas, tampoco es probable que ocurra un infarto por un aumento del esfuerzo físico o por un evento emocional intenso.
Es importante aclarar las causas de las palpitaciones o la taquicardia y determinar si es necesario un control más estricto de la frecuencia cardíaca, así como la presencia de mayor o menor riesgo para su salud.