Estos síntomas podrían estar en relación con un proceso reumatológico, es decir un dolor articular vinculado a un proceso inflamatorio, como puede ser el caso de algunas alteraciones inmunológicas.
Esto debe abordarse mediante un seguimiento detallado de su historia clínica, para evaluar la evolución o cambios de los síntomas, momentos de aparición o factores desencadenantes, así como estudios en sangre para evaluar un componente inflamatorio.
El control del dolor en estos momentos se limita al uso de antiinflamatorios, muchos son de venta libre (ibuprofeno, naproxeno, nimesulida, diclofenaco), pero por la edad y características, lo mejor es que se formulen bajo prescripción médica. Si los dolores son constantes puede emplear el analgésico por horario, sino puede limitarlo a los momentos de dolor.
Otras medidas para el control de esto incluyen: aplicación de frío en el área afectada, aplicación de cremas o lociones analgésicas (antiinflamatorios en crema), en ciertos casos, se puede evaluar el uso de parches anestésicos (se aplican en la zona de dolor).
Teniendo en cuenta lo anterior, además de iniciar control del dolor en casa, debe acudir prontamente a evaluación médica o mantenerse en seguimiento para explorar más a fondo las causas de estos síntomas.