El comportamiento que describe del niño y su actitud respecto al seno es normal considerando su edad. Si el niño no presenta un cambio súbito (no come absolutamente nada o todo lo vomita), esto no es una urgencia, por lo que es poco probable que obtenga el seguimiento o atención necesaria por este medio.
Es importante que el seguimiento se realice por la consulta externa, la cual puede iniciar con medicina general o con pediatría, en esta se valorará el estado nutricional del menor, su peso y talla, así como la evolución respecto a su estado anterior.
Tenga en cuenta que suplementos como la bienestarina o el uso de vitaminas de forma aislada no aporta beneficios ni incrementa el deseo de hambre. Es más importante que el aporte nutricional se logre mediante una alimentación balanceada.
Debe evitar brindar jugos de caja, galguerías, dulces u otro tipo de alimentos o productos antes o entre comidas. Intente establecer horarios fijos de alimentación, es importante que incluya al niño en la rutina diaria de la familia al momento de comer, ofrezca los platos de forma llamativa (colores o formas) y ofrezca los que sean de su agrado con más frecuencia.
Es importante que acuda a control médico presencial, pues se debe complementar mediante una evaluación física el estado del menor y de esta forma determinar la necesidad de otros estudios. No olvide además la asistencia a vacunación.