Estas molestias pueden estar en relación con la próstata, en su caso, no aparenta asociarse con una infección o alteración inflamatoria directa. Pero puede tratarse de una prostatodinia (dolor prostático), que comprende una entidad relacionada con los rasgos ansiosos en la personalidad del individuo o como consecuencia de un irritante en algún momento como algunas infecciones.
Su relato no aparenta una anormalidad evidente en sus órganos genitales, y sí sugiere algún grado de temor o ansiedad al respecto que puede estar contribuyendo a perpetuar la molestia; esto no quiere decir que sea inventada, sino que existe un componente emocional relacionado que es susceptible de manejo con el fin de lograr una mejoría de los síntomas.
No sería necesario el consumo de antibióticos u otro tipo de agente antimicrobiano. Debido a la naturaleza de este tipo de condición, su diagnóstico puede requerir mayor tiempo y seguimiento. En este sentido, no es aconsejable que realice un cambio constante de especialista, lo mejor es mantenerse con aquel que haya generado mayor confianza.
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