La única forma de estar casi seguro de ello (sin ser 100%) es a través de un adecuado examen neurológico e imágenes del cerebro. Hay algunos síntomas que podrían hacer pensar en alguna lesión en el cerebro, pero aún así no siempre corresponde a un tumor si no que puede corresponder a otras lesiones como abscesos, malformaciones cerebrales. Estos síntomas corresponden a dolor de cabeza que cumplas signos de alarma, alteraciones en la marcha, en el lenguaje, en la visión de reciente aparición, vómito repetidos sin otra explicación, cambios de comportamiento o convulsiones de reciente aparición; asociado puede existir fiebre, perdida de peso inexplicable, sudoración nocturna.