La mayoría de las causas de este tipo de alteraciones son de origen psicológico: ansiedad, estrés, cansancio, problemas de pareja, experiencias previas desagradables, etc. En otras ocasiones puede ser por enfermedades que afectan los nervios y vasos periféricos como la hipertensión, diabetes. Es recomendable que lo valore un urólogo para determinar si tiene alguna de estas causas.