Las alteraciones en la fertilidad pueden tener distintas causas, es correcto que se hayan evaluado a ambas partes, debido a que el problema no radica en una sola de estas, es decir, no necesariamente el problema es en la mujer y no debe generar un sentimiento de autoreproche o culpa.
Determinar exactamente la causa de su problema, requiere conocer los estudios realizados. Si no se ha hecho, es importante descartar infecciones de transmisión sexual que pueden afectar la fertilidad femenina como a gonorrea o la chlamydia.
Existen otras alternativas para cumplir su deseo de maternidad, puede ingresar en un proceso de fertilización asistida, así como evaluar opciones de alquiler de vientre, donación de óvulos o espermatozoides, según sea la necesidad en su caso particular.
Si este tema se ha transformado en una fuente de angustia importante, no dude en solicitar apoyo emocional no solo con su pareja, sino también en profesionales de la salud mental.
Por el momento, siga intentando, recuerde suspender todo tipo de anticonceptivo, no usar condón y mantener relaciones sexuales diariamente la mayor cantidad de días posibles. No desfallezca y dialogue abiertamente con su médico para aclarar su situación, de acuerdo con los estudios realizados.