No necesariamente es un infarto, puede que se trate también de una gastritis o de un cuadro de ansiedad.
En un infarto, El dolor en el tórax es repentino es prolongado, se siente una presión intensa, que en ocasiones se extiende a los brazos y hombros, sobre todo al izquierdo, la espalda y en ocasiones al cuello y el mentón. Se acompaña de dificultad para respirar.
Un cuadro de ansiedad, se manifiesta en síntomas como dolores de cabeza, hipertensión, debilidad, alteraciones del sueño, sensaciones de ahogo, aumento de la sudoración, molestias en el estómago, enfermedades en la piel, tensión generalizada, dolor de cuello, de espalda, dolor de pecho, sensación de inseguridad, dificultades en la concentración y alteraciones en el estado de ánimo.
Lo principal en este caso es realizar ejercicios de meditación como yoga, evitar alterantes como el cigarrillo o el alcohol, una buena alimentación rica en frutas, verduras, proteínas, toma de té a base de hierbas como valeriana y finalmente identificar el factor que esté causando el estrés para intentar combatirlo y hacer meditación al respecto.
En caso de que el dolor sea muy intenso y dificulte respirar, debes asistir por urgencias.