En términos generales, no se recomienda combinar el uso de alcohol y procedimientos médicos u odontológicos; debido a que la mayoría de anestésicos utilizados, si bien inicialmente sólo actúan de forma local en el sitio de aplicación pueden tener absorción sistémica y posteriormente paso por el hígado para ser inactivados y eliminados.
Si adicionalmente consumes alcohol (el cual también debe pasar por el hígado) generas una carga extra a éste órgano generando posibles daños en su función y las complicaciones que de ello se derivan.
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