El vitiligo lamentablemente no tiene una cura definitiva, ya que se presenta por un problema genético en las células productoras de melanina de la piel, que es la que le da el color a nuestra piel tras el estímulo de los rayos del sol. El vitiligo se puede controlar y mejorar pero no curar de forma definitiva. Tratamientos hay varios y los puede realizar de forma supervisada un dermatólogo. Se puede hacer uso de medicamentos pigmentadores e incluso de terapias de luz UV.