Claro, sobretodo sucede a las personas que se encuentran gritando o vociferando, o cuando no se toma suficiente agua para mantenerse hidratado y se resecan la boca y la garganta.
También puede pasarle a las personas con profesión de docentes u oradores públicos, ya que se encuentran constantemente hablando en tonos elevados y en ocasiones no se hidratan correctamente.