No sería normal en tanto no es lo esperado que ocurra. Pero puede corresponder a variaciones anatómicas sin mayor impacto en la vida de la persona, más allá del aspecto estético. Sin embargo, sería necesario valorar presencialmente la magnitud de esta diferencia con el fin de descartar un posible impacto en el movimiento del pie al caminar o su estabilidad.
Por lo demás puede estar tranquila, ya que no representa mayor riesgo o peligro para su salud, incluso podría estar haciendo referencia a un cambio normal (es esperable que los últimos dedos del pie sean más pequeños que los primeros).