El impétigo es una infección bacteriana superficial contagiosa que se observa con mayor frecuencia en los niños de dos a cinco años, aunque los niños mayores de cualquier edad y los adultos también pueden verse afectados. La infección generalmente ocurre en condiciones cálidas y húmedas y se propaga fácilmente entre las personas en contacto cercano.
Al tratarse de una enfermedad contagiosa, se recomienda el lavado de manos frecuente y la higiene de la piel, para disminuir el numero de lesiones y la propagación de estas por el cuerpo.
Lo que busca el tratamiento es reducir la propagación de la infección, acelerar la resolución de la incomodidad y mejorar la apariencia cosmética. Existen diversas modalidades de tratamiento incluyendo la terapia oral y tópica; en relación a la terapia tópica (que se recomienda para lesiones pequeñas y escasas) existen diversos productos tales como la mupirocina, el ácido fusídico y la retapamulina, que pueden ser efectivos en el manejo de dicha infección; pero recuerda que la terapia ideal, la posología y el tiempo de duración de la misma debe ser indicada por tu médico de cabecera según un examen físico adecuado y las condiciones del paciente.
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