Es posible y puede tener diferentes causas entre las que destacan:
-Alteraciones hormonales, principalmente ováricas, tiroides e hipofisiarias.
-Estrés.
-Depresión.
-Ejercicio excesivo.
-Infecciones genitourinarias.
-Deshidratación.
-Sangrados recientes.
-Desnutrición.
-Enfermedades sistémicas.
-Alteraciones anatómicas.
-Uso de anticonceptivos.
-Efecto adversos de distintos medicamentos.
-Otros trastornos mentales.
Estos no se consideran cambios relevantes pero de persistir se debe acudir al médico.
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