La enfermedad no tiene curación definitiva. El objetivo del tratamiento es controlar el dolor y tratar los síntomas acompañantes, para conseguir una gran mejoría en la calidad de vida del paciente. En general el ejercicio y el fortalecimiento de los grupos musculares es una de la indicaciones más recomendada, los analgésicos, evitar los factores desencadenantes: depresión, ansiedad, mejorar la calidad del sueño haciéndolo más reparador.