Sí, aunque en el caso de la Chlamydia la resistencia bacteriana no es lo más común, existe y se encuentra en aumento. En este punto es importante considerar que las dosis sean correctas, que ambas partes de la pareja mantengan un tratamiento adecuado por el tiempo indicado y también sería relevante descartar infecciones concomitantes como la gonorrea. Esta última con una mayor capacidad de resistencia a los antibióticos.
Algunas molestias menores pueden persistir aún con la erradicación del germen, es posible que estas reduzcan con el paso de los días. En hombres, sería relevante descartar la aparición de infecciones a nivel de la próstata que pueden perpetuar los síntomas y requieren un manejo prolongado.