El bostezo es un mecanismo de reclutamiento pulmonar, con el que se busca aumentar la oxigenación de la sangre al expandir mayor número de alveolos con la bocanada de aire que se inhala al hacerlo, mejorando así el oxígeno disponible para el intercambio gaseoso. Entonces cuando hay disminución de la energía corporal y se cierran un cierto porcentaje de alveolos, como cuando se tiene hambre, sueño, hipotensión, frío, se activa este mecanismo.