La recomendación principal es cambiar la alimentación: aumentar consumo de fibra, de agua, comer fraccionado (más veces al día, pero menores porciones), evitar el café y el te, aumentar el consumo de alimentos de hojas verdes, avena, salvado, frutas (papaya, pitaya, mango, granadilla, kiwi). Todo esto debe ir acompañado de ejercicio físico que también es importante para la digestión.
Puede que no tolere tan bien algunos alimentos, por eso revise si algunas leguminosas al igual que los lácteos le causan problemas para que los retire de su dieta.