Existen múltiples factores que contribuyen a que una mujer se considere una gestante de alto riesgo, y dependen de tres variables básicas, que intentaré explicarle de la manera más completa posible a continuación:
1. Factores sociales: mujeres menores de 15 años y mayores de 40 años; mujeres extremadamente delgadas o con sobrepeso; o con una talla excesivamente baja (menos de 150cm); que la paciente viva lejos del Centro de salud; un embarazo no controlado o con mal seguimiento; que la madre tenga adicciones (alcohol, tabaco, drogas). Todos éstos factores a pesar de que pueden ser modificados en algunas mujeres, empeoran los desenlaces, aumentan la necesidad de partos por cesárea y son más comunes las enfermedades del bebé.
2. Antecedentes médicos: *Antecedentes obstétricos previos desfavorables: abortos de repetición (más de tres), pérdidas fetales en embarazos previos, malformaciones o anomalías congénitas del feto, crecimiento intrauterino retardado, parto prematuro. Todo ésto aumenta el riesgo de que la mujer sufra un nuevo aborto o un parto prematuro.
*Antecedentes de enfermedades: enfermedades crónicas como tensión arterial alta, problemas del corazón, alteraciones del metabolismo (diabetes, hipotiroidismo o hipertiroidismo, obesidad), trastornos de la coagulación sanguínea, enfermedades del riñón, enfermedades inmunitarias, trastornos mentales, cáncer, trasplantes de órganos, enfermedades de transmisión sexual y otras infecciones, enfermedades endémicas (propias de algunas etnias), o anomalías del aparato reproductor.
3. Patología en el embarazo actual: preeclampsia y eclampsia, gestaciones múltiples gemelares monocoriales (una única placenta para dos hermanos), placenta previa, ruptura prematura de la bolsa amniótica, amenaza de parto prematuro, diabetes gestacional mal controlada, retraso en el crecimiento fetal, colestasis gravídica, malformaciones fetales, alteraciones del líquido amniótico (tanto por falta – oligoamnios, como por exceso – polihidramnios), infecciones materno-fetales durante el embarazo, o incompatibilidad de grupos sanguíneos madre-bebé. En muchos de éstos casos podría generarse la muerte materna o del feto.
En caso de cursar con un embarazo de alto riesgo, es responsabilidad de la mujer y los servicios de salud una realización de controles más estrechos y valoraciones por el ginecoobstetra, quien tomará las decisiones pertinentes de manera planeada, así se podrá evitar que se tengan realizar procedimientos de urgencias que pongan en riesgo la salud materna o fetal.
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