Ese tipo de molestias leves ocurren debido al proceso de cicatrización y recuperación de los tejidos. Así mismo, se deben a la reducción del tamaño del útero y estado de restauración a la normalidad del cuerpo. Lo normal es que estas molestias, sean leves que no sean muy fuertes.
Si presentas dolor intenso, fiebre, flujo o sangrado fétido, recomiendo que consultes de forma urgente ya que en ese caso se trataría de una infección.
Si no presentas ni dolor fuerte, ni fiebre y tu sangrado es de caratacterísticas normales, no habría de que preocuparse.