Si, dentro de los efectos de la prolactina elevada puede ocurrir una reducción de la actividad de las hormonas sexuales como los estrógenos y la testosterona, efecto que en condiciones normales no es significativo o patológico, en otras concentraciones sus efectos pueden variar.
Es decir, el cuerpo produce la cantidad requerida de prolactina sin que este afecte negativamente la actividad de las hormonas sexuales, no siendo necesario actuar sobre ello.
De hecho, en condiciones fisiológicas, la actividad de la prolactina puede estimular la secreción de otras hormonas que a nivel testicular inducirán la producción de testosterona o la respuesta a esta.