Los ganglios cervicales pueden ser palpados en algunos individuos sin ser anormal, y usualmente menores de 1 cm no representan una condición de gravedad. Cerca del 80% de casos en menores de 30 años corresponde a un origen benigno, mayormente inespecífico que puede incluir traumas, infecciones de boca o vía respiratoria o algunas infecciones crónicas. En su caso, por la persistencia y presencia de otros síntomas generales es importante descartar infecciones crónicas por bacterias como la tuberculosis o algunos virus.
Algunas manifestaciones de la infección por virus Epstein Barr pueden persistir cerca de un año posterior a la infección inicial y cursar con períodos de exacerbación, quizás sea relevante descartarlo mediante estudios de los anticuerpos específicos.
La alteración del equilibrio de albumina/globulina puede hacer sospechar procesos infecciosos, alteraciones medulares, hepáticas, renales o enfermedades gastrointestinales como la enfermedad celíaca, que puede generar alguno de los síntomas referidos.
Es importante que se mantenga en control médico para ampliar los estudios y realizar seguimiento.