Por lo general la solución más sencilla suele ser retirarlos con unos isotopos, sin embargo pueden (y es frecuente) que vuelvan a aparecer ya que no tienen tratamiento farmacológico por lo cual por lo general los pacientes suelen preferir medidas más radicales como la Tonsilectomia (quitar las glándulas), esto ya que los orificios de donde son retiradas suelen dejar espacios para la acumulación de restos alimenticios y con ello infecciones y/o mal olor.