Es posible que si la espina haya permanecido clavada, haya ocurrido una proliferación bacteriana suficiente para producir una infección, ya que cualquier agente exógeno puede tener bacterias en su superficie, y al ser introducidas al organismo puede favorecer la presencia de infecciones. Igualmente, esto genera una reacción inflamatoria con llegada de células de defensa a la zona, eritema (enrojecimiento), dolor, aumento de volumen y en algunos casos colección de pus. Por lo cual es importante que si presentas alguno de estos síntomas acudas a consulta medica prioritaria para que sea indicado un tratamiento medico adecuado, así como extraer la espina en caso de ser necesario.
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