La presencia de Escherichia coli a nivel vaginal puede tratarse de un agente contaminante sin ser necesariamente causante de enfermedad.
En caso de asociarse a síntomas como una infección vaginal, el tratamiento podrá incluir terapia antibiótica además de medidas de higiene como una adecuada limpieza genital (de adelante hacia atrás), evitar el estreñimiento.