Un aneurisma abdominal puede cursar silenciosamente y la persona no se da cuenta de que lo tiene, incluso los hallazgos de aneurismas se pueden hacer de forma accidental durante la exploración o búsqueda de otras enfermedades. Se pueden sospechar si al momento de hacer una auscultación abdominal por ejemplo se escucha un soplo o durante la realización de ecografías abdominales o laparoscopias exploratorias.