Por lo general estas dos condiciones no suelen relacionarse directamente con algún síntoma puntual por lo cual pueden ser delicadas y pasar desapercibidas durante mucho tiempo sin generar algún signo marcado de alarma.
En el caso de la glucosa elevada podría tratarse de una diabetes mellitus en la cual los síntomas más frecuentes suelen ser la sed constante (y el consumo de líquidos correspondiente), pérdida de peso, aumento del número de veces que orinas e inclusive mareo.
Para el caso de las enfermedades en las que se eleva el colesterol los síntomas son mucho más vagos variando desde mareo hasta alteraciones vasculares que generan síntomas según el órgano comprometido.
En caso de presentar estas condiciones debes continuar en seguimiento con tu médico de cabecera para regular los niveles ya sea inicialmente mediante dieta o inclusive con fármacos si fuese necesario.