Algunos estudios en animales muestran efectos de la Echinacea sobre el sistema inmunológico como potenciador de su actividad y regulador del mismo. No existe evidencia conclusiva de su uso en humanos, pero puede ser empleado sin mayores inconvenientes en la mayoría de casos por períodos de hasta 10 días. Con aparente contribución para el control y alivio de síntomas del resfriado común; parece existir alguna evidencia de que su uso puede reducir levemente el riesgo de nuevos episodios gripales.
Algunos efectos adversos pueden incluir: molestias gastrointestinales, mareos, fiebre, alteraciones del sueño o la concentración, exacerbación de crisis en pacientes con enfermedades autoinmunes.
La Echinacea puede exacerbar la absorción de algunos medicamentos e intervenir con la actividad de otros por su efecto sobre el sistema de enzimas hepáticos como los anticonceptivos, inmunosupresores, antihipertensivos, algunos medicamentos neurológicos y psiquiátricos.
Es recomendable que antes de iniciar su consumo, comente con su médico en caso de estar tomando algún otro tipo de medicamento o presentar alguna condición médica de base. No debe ser usado por pacientes con problemas inmunológicos, alteraciones en el hígado o que tomen muchos medicamentos.
Parece ser seguro en niños, pero algunas organizaciones restringen su uso a mayores de 12 años. Durante el embarazo parece ser seguro a corto plazo pero se aconseja no consumirlo sin informar al médico y no existe evidencia suficiente de su uso en lactancia por lo que no se recomienda.