De manera sencilla se puede decir que debido a la cercanía entre la vagina y el recto la estimulación dada por la penetración puede provocar una reacción refleja que deriva en el tenesmo (sensación de querer defecar).
Esto puede solucionarse con posiciones sexuales que busquen estimular la pared frontal de la vagina pero principalmente en procurar la estimulación del clítoris, siendo este el órgano encargado de brindar placer más allá de la penetración.
De persistir esta situación deberás comentar la situación a tu médico tratante.