Muchos lactantes se calman cuando sus padres cambian la forma de responder al llanto, el padre debe asumir que el niño es sano y que mejorará estas manifestaciones sin necesidad estar más alerta de lo regular. Los masajes sobre la zona de columna vertebral lumbar con aceite de lavanda y aromaterapia, han conseguido reducir la duración del llanto de manera significativa.
Infusiones de anisetes, manzanilla, melisa, hinojo y regaliz son en ocasiones recomendados pero al no existir una dosis específica establecida se deben evitar ante el riesgo de toxicidad. Intentar calmar rápidamente el llanto del niño, moverlo, colocarle chupetes, ponerle música, etc, no suele ser útil por lo general.
De persistir la situación recomiendo que sea valorado por su médico.